No. La legitimidad de los niños está determinada por las leyes de los estados. Así como un divorcio no hace ilegítimos a los hijos, tampoco una anulación otorgada por la Iglesia. Las leyes de la Iglesia establecen que los hijos nacidos de una unión supuestamente válida son hijos legítimos. Por lo tanto, si posteriormente se demuestra que el matrimonio fuese inválido, el estatus de los hijos permanece sin cambios: son legítimos.