El proceso de anulación comienza a nivel parroquial. Por lo general, se programa una cita con un sacerdote o diácono, quienes a menudo o no, actúan en su nombre como consejero o abogado. Se le dará la información apropiada. Se le pedirá que comparta una narración de como creció, el cortejo, el matrimonio, y los problemas que existían. No se trata de otra cosa más que contar su "historia". Si no es de la fe católica, debe comenzar el proceso en la parroquia de su esposo.