El color litúrgico del Adviento es el morado. Es un azul-morado que contrasta con el rojo-morado utilizado para la Cuaresma. El morado no sólo representa la penitencia y el ayuno (Cuaresma); también expresa la realeza mientras acogemos con beneplácito el Adviento de nuestro Rey. El uso del morado durante las temporadas de Adviento y de Cuaresma muestra la conexión entre el nacimiento y la muerte de Cristo. La Encarnación nunca puede ser separada o aislada del sufrimiento y muerte de Cristo.
Con nuestra Santísima Madre que juega un papel importante en la encarnación, el Adviento puede asumir una suave sensación más femenina que otros tiempos litúrgicos. Considere el uso de líneas más suaves como telas drapeadas en vez de las que simplemente cuelgan hacia arriba y hacia abajo; utilice telas que tengan una textura cálida en lugar de tejidos más rígidos que tienen poco vuelo. Otra manera de establecer el tono del Adviento en el espacio es a través del uso de la iluminación suave. Considere el uso de velas en el nártex que simbolicen espera y anhelo. Eleve las velas a diferentes alturas con el fin de agregar dimensión y el interés.
El color rosa se introduce en la tercera semana de Adviento, Gaudete Domingo (que significa regocijarse). La vela de color rosa en la Corona de Adviento se enciende y el clero puede llevar vestimentas de color rosa. Esto marca un cambio del tono más solemne de los dos primeros domingos de Adviento a un ambiente más alegre por la proximidad del nacimiento de Cristo.
Al planificar el entorno de la iglesia, es una buena práctica mantenerlo sencillo y ordenado. A menudo, esta es la más difícil lección para aquellos que crean el ambiente. Crear un espacio que tranquilo, pacífico y orante. Este es un cambio bienvenido de la vida agitada y caótica de la temporada de Navidad laica.
El Adviento es un tiempo lleno de expectación y esperanza. Permita que la temporada se desarrolle naturalmente. Estar abierto a la adición de un poco de algo cada semana mientras nos acercamos a la temporada de Navidad. La Corona de Adviento debe ser de tamaño considerable en proporción al espacio. No debe de ninguna manera, dominar la presencia del altar ni debe su tamaño y colocación obstruir la línea de visión del Ambón y el Altar.
Estas son algunas sugerencias más sobre el arte y el ambiente de Adviento: Iconos de las voces de la temporada (es decir, Isaías, María, Juan el Bautista o Isabel) podrían ser mostrados. Use telas suaves que muestren pliegues suaves. Añada ramitas simples de vegetación como signos de esperanza y crecimiento.