Esta semana, la Iglesia continúa nuestra celebración de la Pascua recordando una vez más que nuestro Señor resucitó victorioso en aquella primera Pascua.
Al comenzar esta semana, honramos la Fiesta de San Marcos Evangelista y hoy, 29 de abril, celebramos la Fiesta de Santa Catalina de Siena.
San Marcos, el autor de lo que la mayoría de los académicos creen que es el primero de los cuatro evangelios canónicos escritos, desempeñó un papel vital en la difusión del Evangelio como misionero en la Iglesia primitiva. Así también, Santa Catalina de Siena, quien más tarde sería declarada Doctora de la Iglesia, es un testigo de Cristo fundamental en medio de la complicada política de su tiempo. Ambos discípulos enfrentaron desafíos significativos para vivir el llamado de seguir a Cristo con la fortaleza de llevar a cabo Su misión – relatando Su historia – de una manera escritural y espiritual.
Nosotros también somos llamados a tener fe en el Señor Resucitado que nunca nos dejará solos para enfrentar nuestros desafíos. Su Resurrección no fue solo una noción teológica. Ocurrió en medio de la Iglesia. Todos los relatos en las Escrituras posteriores a la Resurrección se centran en la aparición de Cristo entre nosotros, hasta el punto de pedirle a Tomás que toque sus heridas. Lo mismo nos sucede a nosotros cada vez que celebramos la Eucaristía. Cristo viene entre nosotros para vivir esta vida con y en cada uno de nosotros.
Que Dios nos conceda la fortaleza y la gracia para predicar el Evangelio de Cristo con lo que decimos y con la forma en que vivimos cada día.