A través del sacramento del Bautismo, cada persona recibe su “vocación,” un llamado de Dios a ser santo y a servirlo a Él. Este llamado a la santidad y al servicio es vivido en el estado de soltería (en algunos casos), en la vida casada, como un hombre ordenado, o como una persona consagrada.
La Oficina de Vocaciones promueve el llamado universal a la santidad de todos los Cristianos y subraya los llamados únicos al sacerdocio y a la vida religiosa.
El Padre Jonathan Raia, Director de Vocaciones, recluta, aconseja y asiste a los seminaristas durante su formación al sacerdocio. La oficina también ofrece programas y retiros para hombres y mujeres que están interesados en discernir un llamado al sacerdocio o a la vida religiosa. Finalmente, la oficina trabaja para fomentar una “cultura de vocación” a lo largo de la Diócesis.